Dardo Acosta es el pescador más antiguo de Punta del Diablo que aún conserva su profesión. Pesca y vive desde el 21 de setiembre de 1960 en el mismo lugar. Construyó su casa sobre un médano, fue la primera construcción de hormigón, y estaba constituida por una pequeña cocina, un cuarto y un baño en el exterior. A la edad de 17 años comenzó a pescar por necesidad pero descubrió que le gustaba y que eso era su profesión. Hoy en día opina lo mismo pero siente que ya es un trabajo pesado y duro para un hombre de 65 años. Su embarcación fue diseñada por él, al igual que “la Pinta Roja” y realizada por Ángel Caballero carpintero de Castillos en 1977, es la embarcación más antigua del puerto por que su madera fue curada con aceite de franciscana. Dardo realiza sus redes y las arregla, comercializa el pescado que saca al público directamente, cuando son grandes cantidades a compradores por mayor ya sea para industrializadoras, supermercados, revendedores o restaurantes de la zona. Hace cerca de tres años comenzó a pescar camarones pero sigue trabajando con el bacalao; en el patio de su casa aún conserva los “varales” donde procede a secarlo.
Junto a él viven sus hijos y esposa (desde 1966 año en que se casaron); ella dedicó la mayor parte de su vida a realizar artesanías con caracoles y vértebras de tiburones. En la actualidad tiene un pequeño negocio pero sigue confeccionando las típicas artesanías y hace 10 años las vende para el mercado europeo.
Ésta es una de las pocas familias que a pesar de los cambios que se han producido en Punta del Diablo, hoy balneario muy reconocido turísticamente, no ha perdido algo tan preciado como es la tradición.
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