A medida que avanzan los años la pesca es más segura debido a la tecnología. Hoy en día se utilizan navegadores y en algunos casos eco-sondas para encontrar los cardúmenes porque cada vez se alejan más de la costa. A su vez se llevan radios a baterías, equipos de seguridad compuestos por una serie de salvavidas y bengalas.
Si bien la tecnología evoluciona, la pesca significa lo mismo para el pescador aunque se amplió el horizonte del comercio: La venta y comercialización de lo pescado se realiza directamente al consumidor, a restaurantes o compradores por mayor; que lo distribuyen en varios lados entre ellos a cadenas de supermercados.
El bacalao antes de la venta es controlado sanitariamente por el Estado y sellado para certificar su calidad. En la actualidad no se desperdicia prácticamente nada del gatuzo, angelito y de los tiburones. Se aprovecha la carne fresca, por ejemplo del bacalao, las vértebras para realizar artesanías o el espinazo fresco para la realización de medicamentos, el hígado en ocasiones, las aletas se venden a la China donde son muy apreciadas para hacer sopa, las mandíbulas se comercializan y al cuero se lo curte para realizar desde artesanías hasta calzados.
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